El paciente, de 55 años, murió en el postoperatorio de una intervención de hernia de hiato. Sufrió una peritonitis que no fue detectada a tiempo y le provocó un shock séptico. El Tribunal Superior de Justicia del país vasco ha considerado que hubo un “error de diagnóstico” y “un retraso en la realización de una ecografía”, que hubiese detectado la peritonitis cuando aún estaba a tiempo de operar y salvar la vida a la víctima. La sentencia condena a Osakidetza a pagar 90.000 euros a la hija del fallecido.
F.J.G ingresó el 15 de noviembre de 1.996 en Basurto para ser intervenido quirúrgicamente de la hernia de hiato que padecía. La operación se desarrolló sin complicaciones y el paciente quedó ingresado en planta. En la tarde del 18 de noviembre comenzó a sentirse mal y el cirujano, tras comprobar la gravedad de su estado, decidió hacerle una radiografía de abdomen y avisar al médico de guardia. El especialista le diagnosticó una insuficiencia respiratoria por embolia pulmonar y le envió a la Unidad Coronaria, ya que no había camas en el área de Cuidados Intensivos.
La familia del fallecido considera “deficiente” el “seguimiento que se hizo al enfermo durante el postoperatorio”, y cree que hubo un “error de diagnóstico”, según detalla la demanda defendida por el despacho de abogados Gómez Menchaca. La sentencia reconoce que entre “el abanico de posibilidades de diagnóstico, a tenor de los síntomas que sufría el enfermo –sudores, tripa distendida, dificultad respiratoria…- también presentaba la peritonitis. La decisión judicial recuerda que se debía haber comprobado esa posibilidad con “la realización de una sencilla y rápida prueba: una ecografía”.
Agonizando
La ecografía se efectuó en la mañana del 19 de noviembre cuando ya era tarde: el enfermo estaba agonizando, indica la sentencia. Los médicos descubren en la ecografía que el paciente sufre una “peritonitis purulenta con perforación intestinal”. Una vez confirmado el diagnóstico, deciden operar. El enfermo murió cuando estaba siendo trasladado en la camilla al quirófano de la infección generalizada que le provocó la peritonitis.
Los peritos médicos que estudiaron el caso puntualizan que “la peritonitis aguda es una patología generalmente de muy fácil diagnóstico”, y resaltan también que “su detección precoz es fundamental”. El juez consideró que los médicos del servicio de atención urgente de Osakidetza funcionaron de un modo “netamente incorrecto”, al no practicar todas las pruebas necesarias para descartar “una patología que era probable”.
Publicado por El Correo el 16 de junio de 2.003