En ocasiones un mal funcionamiento de un aparataje médico puede cursar con lesiones graves que añada al paciente secuelas que antes de acudir al servicio no tenía y que serán motivo de reclamación.
Estos errores en el funcionamiento de aparatos médicos pueden darse tanto en el contexto de intervenciones quirúrgicas como en tratamientos médicos como puede ser radiología o láser, o en procedimientos diagnósticos. La determinación de la causa del mal funcionamiento, déficit de mantenimiento o de fabricación, puede provocar que la reclamación deba también dirigirse contra el fabricante. En ocaciones pueden existir numerosos pacientes afectados hasta que el servicio médico detecte la avería. Son ejemplos bisturís que funcionan mal, lentes defectuosas, respiradores mal funcionantes o prótesis en mal estado.
Dentro de éste capítulo queremos hacer mención a la realización de técnicas mediante aparatos por personal sin habilitación profesional para ello, desconociendo, por tanto, el funcionamiento real del aparato, y creándose un daño por su mal uso, y cuyo ejemplo característico lo constituyen intervenciones de cirugía plástica practicadas por personal sin la debida cualificación.