Leire, de 13 años, trata de superar con sesiones de fisioterapia una cojera que padece desde que tenía 9, cuando un fármaco abrasivo se salió de la vía y le necrosó todos los dedos y otras dos partes del pie izquierdo. Ahora, la aseguradora de Osakidetza le tendrá que abonar 231.461 euros para indemnizarle del daño causado. Así lo ordena el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en una sentencia firme que anula un fallo anterior del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Bilbao.
Los hechos arrancan el 12 de noviembre de 2011 cuando esta niña ingresa en la UCI pediátrica del Hospital Universitario de Cruces. Los médicos le inducen un coma para frenar la actividad cerebral y los barbitúricos que le mantienen dormida llegan a su organismo a través de una vía colocada en la extremidad inferior izquierda. Al día siguiente, su madre ya percibe algo raro en el pie pero no será hasta el 14 cuando se le detecta una lesión abrasiva en el pie.
A partir de ese momento, Leire tiene que afrontar dos procesos quirúrgicos: uno para evitar la total amputación de la extremidad y otro para superar la epilepsia. El 26 de noviembre, los especialistas de Cirugía Plástica de Cruces ven a la pequeña y le diagnostican la muerte celular de las falanges extremas de los dedos, cuyo estado califica de «momificados», además de necrosis en los tejidos de otras dos partes del pie. En enero de 2012, Leire es derivada por Osakidetza al hospital Niño Jesús de Madrid para que se estudie la posibilidad de practicarle una neurocirugía que mejore la epilepsia. Sin embargo, ante el estado del pie, que presenta infección ósea, los médicos de este centro optan por intervenirla antes de la extremidad y se precisan cinco cirugías para evitar la amputación completa. La última operación tiene lugar en mayo de ese año.
De forma paralela, los padres deciden reclamar a Osakidetza «por los daños y perjuicios causados a su hija», ya que el resultado de todo el proceso es la pérdida de buena parte del pie. Ante el silencio administrativo, optan por interponer un contencioso administrativo a través del despacho de abogados Gómez Menchaca. Rechazada la demanda en primera instancia, el Tribunal Superior ha atendido la apelación y fallado que Leire tiene derecho a ser compensada por el daño físico sufrido, así como por el perjuicio estético derivado tanto de la pérdida de parte del pie como de las cicatrices que le han quedado.