El agravamiento de la enfermedad circulatoria de la paciente a causa de la cirugía, obligó a la amputación.
Lo que a simple vista puede parecer una operación rutinaria puede complicarse y crear problemas. En este caso la paciente fue a corregirse esta deformidad en el pie derecho y terminó sin el dedo gordo, fundamental para caminar sin problemas.
Ahora, Osakidetza tiene que indemnizarla con 20.000 euros por la amputación. Así lo establece una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que atiende la reclamación formulada por la mujer a través del despacho de abogados Gómez Menchaca.
Los hechos se remontan a julio de 2010, cuando Victoria decide intervenirse del juanete, firma el consentimiento informado y entra en lista de espera. El 12 de mayo de 2012 tiene lugar la cirugía en el Hospital Txagorritxu de Vitoria. Tras la operación sufrió un «sangrado persistente» que le obligó a permanece hospitalizada una semana. Cuando acudió a revisión, el 7 de junio, los médicos apreciaron una zona necrosada junto al primer dedo, por lo que se somete a una serie de curas.
El resultado fue negativo hasta tal punto que el 7 de julio volvió a ingresar. Entonces se comprobó que se había producido una muerte del tejido debido a que la cirugía del juanete había provocado un agravamieno de la isquemia (enfermedad circulatoria) que sufría. El 16 de agosto se lleva a cabo la amputación del dedo.
En primera instancia, el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Vitoria rechazó la demanda al considerar que la amputación fue consecuencia de una complicación no atribuible a una mala praxis, es decir, a una negligencia.
Este fallo fue apelado ante el Tribunal Superior que, en una reciente sentencia, ha considerado que Victoria tiene derecho a ser compensada con 20.000 euros. La sección tercera de la sala de lo Contencioso Administrativo entiende que la amputación fue consecuencia de un empeoramiento de la patología arterial que sufría la mujer, y que esta dolencia no fue suficientemente tenida en cuenta, en la medida que no se le practicó una arteriografía previa.