La niña nació con parada cardiorrespiratoria y padece en la actualidad una parálisis cerebral.
La madre sufrió durante el parto la rotura de vejiga y útero, que le impide tener más hijos. La sentencia del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Vitoria considera que la atención médica durante el nacimiento de la pequeña y su madre fue “negligente” y provocó esos daños irreparables. La mujer había perdido un bebé dos años antes: el recién nacido murió doce horas después del parto, por cesárea, a causa de una enfermedad incurable.
María R.A.I., vecina de Trapaga, ingresó a las siete y media de la tarde del 22 de julio de hace dos años en el hospital de Cruces. Los médicos decidieron provocarle el parto con la administración de oxitocina, un compuesto que induce las contracciones. El perito médico que investigó el caso llegó a la conclusión de que la cantidad de oxitocina administrada y su frecuencia no fue la adecuada y provocó un exceso de ritmo de las contracciones, hasta que el útero se rompió. La rotura del útero dio lugar, a su vez, a un sufrimiento fetal, y fue la razón de que la pequeña naciera con parada cardiorrespiratoria y lesiones cerebrales.
El especialista recuerda en su informe que la paciente llegó a tener seis contracciones cada diez minutos, cuando lo aconsejable en su caso “eran 3 ó 4”, subraya. “Habría sido más prudente reducirlas” ya que la madre “tenía una cicatriz uterina por una cesárea anterior”, indica la sentencia. El perito deja entrever que los médicos que atendieron a la parturienta “no tuvieron en cuenta” que tenía esa cicatriz en el útero a la hora de valorar la frecuencia adecuada de las contracciones.
Minusvalía del 47 %
La niña nació con lesiones cerebrales que le causan un retraso y trastornos en el comportamiento alimenticio. El departamento foral de Bienestar Social le ha reconocido una minusvalía del 47 %, una valoración que podría ser modificada cuando el paso del tiempo revele exactamente el alcance de la afectación cerebral. La madre tuvo que ser sometida a una intervención quirúrgica de urgencia tras el parto para reconstruir su útero y vejiga.
La decisión judicial fija la indemnización en 138.232 euros por los daños y perjuicios ocasionados, según los datos facilitados por el despacho de abogados Gómez Menchaca, que representó a la madre de la pequeña.
Publicado por El Correo el 13 de enero de 2.003