Osakidetza tendrá que compensar con 150.000 euros a los familiares de una mujer de 40 años, que falleció de cáncer en noviembre de 2012 por haber sufrido un retraso de medio año en que le diagnosticaran la enfermedad.
Todo empezó el verano de 2009. La víctima de esta negligencia médica, empezó a sufrir fuertes dolores de espalda. Pese a la sucesión de consultas e ingresos, el diagnóstico no llegó hasta febrero de 2010 y fue desolador: Sufría múltiples lesiones óseas y hepáticas como consecuencia de una metástasis de un cáncer de mama.
Al parecer, la interpretación errónea de una resonancia retrasó el tratamiento paliativo de la paciente, que en tenía un tumor de mama oculto. A partir de este momento, emprendió una lucha contrarreloj, pero el diagnóstico en un estadio tan avanzado de la enfermedad ya auguraba nulas posibilidades de remisión.
Desde el despacho de abogados Gómez Menchaca, se reclamó a Osakidetza una indemnización por la sensible pérdida en su calidad de vida que le ocasionó el retraso en el dictamen. Y es que una fractura de fémur obligó a intervenirla para sustituirle la cadera izquierda por una prótesis. Además, recibió sesiones de radioterapia en la columna a nivel dorsal y lumbar. Pero a pesar de paliar su enorme sufrimiento físico, nada consiguió detener su fallecimiento.