El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha dado la razón a una madre que denunció a la clínica Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián por la «atención tardía» que dispensó a su hijo tras detectársele una grave infección en un hueso. El niño sufre en la actualidad un acortamiento de 7,5 centímetros en la pierna derecha como consecuencia de la dolencia.
El menor, de diez años, ingresó en el centro sanitario con fiebre y dolor en la pierna. Tres días después los médicos aislaron el ‘estafilococos aureus’ que le estaba causando la infección y se le prescribió un tratamiento antibiótico. Sin embargo, según pudo comprobar la denunciante, el tratamiento no comenzó en la fecha fijada por los especialistas de la clínica, sino una semana después sin que se le diera justificación alguna. El niño recibió el alta médica y un mes más tarde tuvo que volver al centro sanitario por una recaída de la enfermedad, que le había provocado ya una «fractura patológica» en el fémur de la pierna derecha.
Los médicos le intervinieron quirúrgicamente para atajar la infección, que ya estaba muy avanzada. Posteriormente tuvo que ser sometido a varios procesos quirúrgicos más para tratar de reconstruir el hueso y colocarle un injerto óseo. Las visitas a médicos, tratamientos e intervenciones se han prolongado durante cuatro años y no han podido evitar que el niño sufra en la actualidad un acortamiento de siete centímetros en su pierna derecha.
Graves secuelas
La madre denunció al centro sanitario al considerar que su hijo había recibido una prestación sanitaria deficiente. Un tribunal de lo contencioso-administrativo de Vitoria consideró probado que los médicos habían retrasado una semana un tratamiento «que debía ser quirúrgico y urgente», sin justificación alguna, según detallaron fuentes del gabinete de abogados Gómez Menchaca que representó a la familiar del menor.
Esta primera sentencia condenaba a Osakidetza a pagar 150.000 euros por las graves secuelas que le han quedado al paciente. El pequeño, además del acortamiento de pierna, tiene numerosas cicatrices de las operaciones sufridas. El Servicio Vasco de Salud presentó un recurso, pero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco lo ha desestimado.
Publicado por El Correo el 18 de septiembre de 2.005