Un juzgado de Vitoria ha condenado a Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) a indemnizar con 180.000 euros a la familia de un paciente que falleció debido a no recibir una vacuna a pesar de faltarle el bazo.
La sentencia pone de manifiesto que no se cumplieron los protocolos de vacunación para pacientes esplenectomizados, por lo que el paciente quedó totalmente indefenso. Por este motivo, desarrolló un shock séptico por neumococo que finalmente, causó su fallecimiento.
El bazo fabrica anticuerpos para luchar contra una serie de bacterias especialmente agresivas, por esta razón “resulta obligado vacunar a un paciente que ha perdido el bazo, puesto que su indefensión inmunitaria le pone en un riesgo alto de infección grave”. También aumenta, por lo tanto, el riesgo de muerte por dicha infección.
La Sentencia afirma que el Servicio de Urgencias del Hospital de Cruces no valoró de forma correcta la sintomatología ni el hecho de que el paciente no tuviera bazo, lo que generó una pérdida significativa de tiempo para tratar con antibióticos y poner otras medidas de soporte que hubiesen disminuido de manera significativa el riesgo de muerte.