El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco acaba de condenar a Osakidetza a pagar la cantidad de 74.000€ a un viudo y sus dos hijos tras no detectar un cáncer a una mujer fallecida en noviembre del 2010. Francisca falleció por un cáncer que se había extendido por su cuerpo y cuyo origen pudo ser un tumor en los ovarios que estuvo 17 meses sin tratar.
Los fatídicos hechos arrancan en julio del 2002, cuando la mujer, con antecedentes familiares de cáncer enferma de hepatitis y se realiza una ecografía hepática en el Hospital de Cruces. Es entonces cuando se le detecta unos quistes benignos en los ovarios. Se le recomienda un seguimiento anual. Durante el 2006 se le realizan pruebas y certifican que los quistes no remiten por lo que se le plantea un seguimiento cada 6 meses. En julio del 2008 la paciente comenta a sus médicos que en un año ha perdido mucho peso y sufre depresión.
En 2009 se le ofrece la posibilidad de operar, pero como no se le ha detectado cáncer, la mujer lo rechaza. Seis meses más tarde ante el aumento de quistes e índices tumorales los médicos le informan que es necesario extirpar trompas y ovarios. Es en esta intervención donde se observa que el cáncer está extendido. Francisca sigue un tratamiento de quimioterapia y en julio de 2010 es intervenida de nuevo para reducir un tumor, que no se consigue. Optan por un tratamiento paliativo tras el que muere en noviembre.
Su marido y dos hijos reclamaron a través del despacho Gómez Menchaca. El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Vitoria rechazó la demanda y tras su apelación el Tribunal Superior ha estimado el recurso y fallado la compensación para sus familiares.
Los magistrados aplican la doctrina conocida como «pérdida de oportunidad» para argumentar un «diagnóstico erróneo», lo que restó posibilidades de curación a la mujer, ya que desde que los marcadores tumorales dieron positivo hasta que se la intervino pasaron 17 meses.