El informe de Osakidetza señala que se les suministró un analgésico en lugar de suero alimenticio
El pasado mes de enero falleció en el Hospital Donostia una bebé prematura y otra pequeña sufre desde entonces graves secuelas al confundir el personal sanitario la medicación que debían suministrarles. De hecho, el informe de Osakidetza constata que en lugar de suministrarles suero alimenticio, se les dio un potente analgésico durante al menos 48 horas.
El error, que fue detectado por los propios responsables del servicio de Neonatología del Hospital Donostia, fue comunicado a los progenitores de las pequeñas que se encontraban en la incubadora desde su nacimiento con 600 y 800 gramos, y que habían cambiado su actitud movida y vital, y mostraban ya un gran decaimiento a partir del 2 de enero, fecha en la que se cree que pudo realizarse el cambio de medicamentos.
Un error fatal
Ane, la pequeña fallecida, nació el pasado 27 de diciembre de 2019 con 24 semanas, cuando un embarazo a término, se considera entre la semana 40 y la 42, con 600 gramos de peso, mientras que Yara, la pequeña que ha logrado sobrevivir, nació el 21 de noviembre con 800 gramos, y sufre secuelas que todavía se desconoce cómo evolucionarán. Por el momento, la bebé necesita una sonda permanente con oxígeno para poder respirar.
Las cajas del sedante y el analgésico guardan gran parecido
Según los propios profesionales del Hospital Donostia, las cajas del anestésico, Propofol, y del suero alimenticio, Smoflipid, guardan un gran parecido, tanto en tipografía, color, etc., lo que podría haber acarreado el terrible error. Sin embargo, Carlos Gómez Menchaca, abogado de las familias, considera un fallo «absolutamente injustificable, dado que el Propofol, tiene un circuito especial para su dispensaicón y debe ser autorizado por un anestesista«. Y añade que «este medicamento de uso quirúrgico, no se administra por vía parenteral como hicieron con las niñas, y no está recomendado para menores de de tres años, por lo que ni siquiera tenía que haber estado en una unidad neonatal«.
Las familias de ambas bebés reclaman indemnizaciones en torno a los 150.000 para cada uno de los progenitores de la pequeña fallecida, y 60.000 euros para la madre de Yara y 400.000 para ello en compensación por las secuelas sobrevenidas.
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