El caso se remonta al 15 de julio del año 2009 cuando una complicación en un parto gemelar obligó al equipo médico a realizar una cesárea de urgencia con el objeto de tratar de salvar a los bebés. La ausencia del anestesista en el quirófano hizo que la cesárea tuviera que demorarse 15 minutos que fueron fatales para uno de los bebés. Los protocolos de actuación en estos casos dictan que el anestesiólogo debe de estar disponible de forma inmediata en este tipo de partos. La indemnización decretada por la juez en la sentencia condenatoria asciende a 75.000 Euros. Lee aquí toda la noticia de la demanda por negligencia médica.