Un juez de Vitoria ha condenado a Osakidetza a indemnizar con 60.000 euros a una vizcaína de 80 años por las secuelas sufridas a raíz de que se le infectase una prótesis de rodilla implantada en 2002. La paciente ha pasado ya por tres intervenciones quirúrgicas, tiene programada una cuarta y ha perdido «definitivamente» la funcionalidad de la articulación. El magistrado, que basa su dictamen en la valoración de un perito, considera que ha existido un «comportamiento negligente, imprecavido e inobservante» por parte de Sanidad, que no cumplió los «tiempos adecuados» para administrar antibióticos y abordar quirúrgicamente el problema.
A la mujer, A.A., le colocaron una prótesis total de rodilla izquierda en mayo de 2002 en el hospital bilbaíno Victoria Eugenia, que pertenece a Cruz Roja pero está concertado con Osakidetza. Diez días después, recibió el alta y fue trasladada al hospital de Gorliz para someterse a rehabilitación, pero las cosas pronto dejaron de ir como se esperaba: sólo habían pasado cuatro días cuando aparecieron las primeras complicaciones, que apuntaban a una infección de la herida. Permaneció ingresada tres semanas con «graves problemas», sin que llegasen los resultados del cultivo, y tuvo que volver al centro en agosto durante otros quince días. En marzo de 2003, se le diagnosticó osteomielitis, se le retiró la prótesis y, tras una limpieza del tejido infectado, se le implantó un espaciador de cemento. El calvario de la mujer aún tuvo un nuevo episodio en octubre, cuando entró de nuevo al quirófano para otra limpieza.
La paciente, representada por el bufete de Gómez Menchaca, reclamó a Osakidetza 90.000 euros con el argumento de que la infección se produjo en el hospital, el alta fue precipitada y el seguimiento y el control resultaron deficientes.
Decisión lenta
El juez basa su sentencia en el informe de un especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatológica. El experto destaca que la pierna de la mujer presenta una «inestabilidad importante», hasta el punto de que no puede apoyarse completamente sobre ella, y recuerda que las infecciones son la mayor complicación posible de una prótesis. Por ello, resalta la importancia de cumplir todos los protocolos y, en caso de infección, adoptar decisiones con rapidez: «La precocidad es determinante para conseguir la curación sin retirar el implante», explica.
El perito insiste en que no se cumplió el plazo previo de administración de antibiótico, crucial para prevenir la contaminación bacteriana, y establece que «se debería haber abordado quirúrgicamente antes a la paciente».Tras valorar la edad de la paciente y el alcance de sus secuelas, el juez ha fijado una indemnización de 60.000 euros.
Publicado por El Correo el 19 de septiembre de 2.006