La afectada presentaba cuadros de mareos y vértigos desde 1996, achacados en un principio a un problema de cervicales. Sin embargo, en septiembre de 2002 comenzó con un cuadro de otalgia y sensación de taponamiento en el oído derecho.
Tras practicársele una impedanciometría, se le acabó diagnosticando una hipoacusia de transmisión en las frecuencias graves del oído derecho. Ante la falta de mejora se le propuso hacerle una mastoidectomía.
Sin embargo, el médico encargado de practicarla decidió no realizar dicha intervención y, en su lugar, se decidió por una miringocentesis con implantación de un drenaje trastimpánico en el oído derecho.
Después del alta hospitalaria seguía sufriendo vértigo y fuertes dolores, por lo que se decidió quitar el drenaje y realizarle una TC de control. La paciente decidió entonces acudir a un centro hospitalario privado en el que, una vez estudiado su historial, se aconsejó otra vez la práctica de una mastoidectomía, siendo el resultado satisfactorio, tanto para la capacidad auditiva de la enferma como para la desaparición del cortejo vertiginoso y de acúfenos.
La demandante alegaba que se le cambió la intervención por el primer facultativo sin tener conocimiento de ello y sin que prestara su consentimiento. Señalaba que esa nueva intervención fracasó, que no se le informó de los nuevos riesgos y que la que resultó satisfactoria fue la propuesta en un principio.
Falta de información
La sentencia, que recoge las argumentaciones de Roberto Gómez Menchaca, abogado de la demandante, considera acreditada la falta de información a la afectada. Además, argumenta que «existió un comportamiento negligente» por parte del médico que le cambió la operación.
Por todo ello, el juzgado ha estimado conveniente indemnizar a la recurrente con 12.000 euros por el daño moral causado y con 5.390 euros por el coste de la asistencia sanitaria privada.
Publicado por Diario Médico el 15 de mayo de 2.007