El tribunal ha estudiado el caso de un enfermo que, tras ser operado de una hernia hiatal, presentó molestias durante el postoperatorio que podían ser consecuencia de una embolia pulmonar o de una peritonitis. La sentencia considera que «la indicación de operar la peritonitis se hizo tarde, ya que se retrasó la prueba concluyente: la ecografía».
Por tanto, la Sala, que acoge los argumentos de Fernando Gómez Menchaca, abogado de la familia del fallecido, considera que «existió un diagnóstico erróneo por parte de los profesionales intervinientes, pues si bien es cierto que existía una insuficiencia pulmonar, ésta también podía concluir en el proceso infeccioso de la peritonitis, que podía haberse detectado mediante una simple prueba». El tribunal condena a la Administración a pagar una indemnización de 90.151,81 euros (quince millones de pesetas).