Un juez donostiarra considera que el tratamiento se efectuó sin haberse acreditado la urgencia del mismo.
Una clínica privada de San Sebastián tiene que abonar una indemnización a un vecino de Tolosa por agravarle una dolencia cervical al realizarle una infiltración sin haberle hecho antes una prueba diagnóstica. Así lo ha decidido el Juzgado de Primera Instancia número 8 de la capital donostiarra que ha sentenciado el caso.
El fallo judicial establece una indemnización de 35.500 euros para compensar al paciente de las secuelas atribuidas a la punción, como es un dolor crónico en la zona cervical y en toda la extremidad superior derecha con pérdida de fuerza.
La sentencia en ningún momento considera errónea la decisión de infiltrar que tomó el cirujano ortopédico. Es más, en su relato considera que «acertó» al plantear una punción en las cervicales, además de en las lumbares, ya que las nuevas pruebas diagnósticas evidenciaron que también tenía problemas en las vértebras del cuello. Ahora bien, considera que «la ejecución» de la infiltración «no fue la correcta por la falta de acierto en la maniobra». En consecuencia, entiende que este acto médico «agravó, cuando menos, la sintomatología de la que ya adolecía» el paciente.
Fuente: El Correo.