Más de 300.000 euros recibirá un paciente tras quedarse ciego del ojo izquierdo como consecuencia de la toxicidad del medicamento Ala Octa, proveniente de una partida del laboratorio alemán Ala Medics, que le fue administrado durante una operación de desprendimiento de retina el pasado 29 de julio de 2014 en la Clínica La Arruzafa de Córdoba. Así lo ha dictaminado el Juzgado de 1ª Instancia nº97 de Madrid en su sentencia contra la aseguradora alemana Allianz.
La operación fue, en principio, un éxito, pero poco después, el paciente de 69 años de edad sufrió una pérdida de visión total en el ojo operado.
En un principio, Allianz argumentó que los daños «vinieron motivados por una complicación propia de la operación quirúrgica» y jugaron la baza de que al seguro de responsabilidad civil no debía aplicársele la ley española sino la alemana, «ya que así lo convinieron ambas partes en el contrato«. Sin embargo, la jueza encargada aplicó el reglamento 864/2007 del Parlamento Europeo,en cuyo artículo 5 establece que la ley aplicable a a la responsabilidad por productos defectuosos no es la alemana sino la española «por ser la del país del perjudicado donde se comercializó el producto«.
Esta es la primera sentencia emitida en contra de una operación realizada en la sanidad privada, pero no la primera, puesto que en diciembre de 2018, el Servicio Cántabro de Salud fue condenado a pagar 25.000 euros a una paciente que se quedó ciega tras dos cirugías de desprendimiento de retina en el Hospital Sierrallana de Torrelavega. Actualmente, existen otras siete sentencias pendientes relacionadas con el Ala Octa en la sanidad privada.
Se trata de otro caso más de afectados por este lote defectuoso que provocó la pérdida de visión a alrededor de 102 pacientes, según las últimas cifras aportadas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios que aparecen en la web del Ministerio de Sanidad.
Este es un caso de éxito de nuestro despacho de abogados.
Perfluoroctano de la marca alemana Ala Octa
Cualquier intervención quirúrgica entraña riesgos, pero si la tasa de éxito es del 90%, como en el caso de las operaciones por desprendimiento de retina, no da tanto miedo someterse a ella. Sin embargo, más de 100 pacientes de 23 centros públicos y privados de 10 comunidades de toda España vieron todas sus ilusiones truncadas tras realizarse la intervención debido a la utilización de una sustancia tóxica, capaz de destruir por completo las células del ojo. En concreto, se trataba del perfluoroctano de la marca alemana Ala Octa.
Desde 2014 los servicios de cirugía ocular comenzaron a registrar un aumento fuera de lo común del número de casos de pacientes que no recuperaban la visión tras ser operados. El primer caso se dio en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, sin embargo, no fue hasta aproximadamente un año después, cuando la distribuidora española del producto, W.M. Bloss notificó a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) de una veintena de eventos adversos, que emitió la alerta y procedió a la retirada del mercado del producto. Poco después, se emitía una nueva alarma en Suiza y la AEMPS apartaba también los lotes de Arcotane, una marca de origen francés.
Gómez Menchaca, abogado de cerca de la mitad de los casos
«Los jefes de servicio no entendían cómo una cirugía tan segura estaba teniendo resultados tan nefastos, hasta que se dieron cuenta de que el nexo común eran unos lotes concretos del perfluoroctano«, explicaba en su momento Carlos Gómez Menchaca, que ha defendido a casi la mitad de los afectados.
El laboratorio compraba el material a una gran empresa química alemana que, a su vez, adquiría la materia prima de un fabricante ruso. La toxicidad del medicamento defectuoso podría haberse debido a un cambio en el proceso de fabricación, realizado con el objetivo de mejorar la eficiencia o abaratar costes. Además, al no ser el perfluoroctano un fármaco, sino un producto sanitario, sus controles son menos estrictos.
Actualmente, se sigue utilizando en las intervenciones, aunque con otras marcas que no han registrado problemas. Asimismo, los oftalmólogos también utilizan la perfluorodecalina, un producto alternativo.
Fuente: ABC Edición Córdoba
Fuente: El Confidencial