Una mujer de 36 años murió en el hospital de Basurto por causas no esclarecidas en marzo de 2009 y casi tres años después, Osakidetza ha accedido a indemnizar al hermano de la fallecida que no tenía ni hijos, ni padres, con 50.000 euros para evitar el juicio en el que se cuestionaría si la actuación de los facultativos que atendieron a la paciente fue la correcta.
Los hechos que han dado lugar a este acuerdo, se produjeron el 19 de marzo de 2009 cuando hacia las cuatro y media de la tarde, la mujer acudió al hospital. No era la primera vez que ingresaba, ya que había ido muchas veces al servicio psiquiátrico del centro debido a la enfermedad mental que sufría y a que era consumidora habitual de drogas como ‘speed’, cannabis o heroína.
Ese día comentó que le habían agredido y que le dolía mucho la mano derecha. Además de presentar «signos visibles de intoxicación» aguda, se encontraba «adormilada» y presentaba «una marcha tambaleante».
Ante la imposibilidad de realizar una exploración psicopatológica dado su estado de «perplejidad y somnolencia», los sanitarios de Basurto practicaron a la mujer varias analíticas de sangre y orina, que dieron resultados contradictorios respecto al consumo de estupefacientes. En un principio, ella negó haber consumido drogas en todo el día, aunque más tarde admitió que había tomado metadona.
Fallecimiento «inexplicado»
La joven quedó ingresada en Urgencias, pero al día siguiente por la maána, cuando pasó la enfermera para darle el desayuno, la paciente se encontraba en parada cardiorrespiratoria, de la que no consiguió remontar pese a las maniobras de reanimación cardiopulmonar que le fueron realizadas.
Debido a que los médicos del hospital hablaron de «muerte inexplicada», se dio parte al juzgado de guardia, que abrió diligencias. El forense que realizó la autopsia constató que la mujer había consumido cannabis, benzodiacepinas (tranquilizantes) y metadona. No obstante, concluyó que se trató de un fallecimiento «de tipo súbito e inesperado de origen incierto».
La demanda fue materializada por el despacho de abogados Gómez Menchaca, y una vez presentada, Osakidetza trasladó la reclamación a la compañía Zurich, aseguradora del Servicio Vasco de Salud.
En vez de pleitear para defender el buen hacer de los sanitarios, los letrados de la firma han preferido negociar una indemnización con la parte demandante y así evitar el juicio. El acuerdo al que han llegado establece el abono de 50.000 euros al hermano de la paciente a cambio de la renuncia a continuar con el contencioso.